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Noviembre 2021

Paul Cox

Paul Cox es un artista visual con un estilo naíf y muy gráfico. Este enamorado de las formas y de los colores se mueve tanto entre la pintura, el diseño gráfico, la ilustración y la escenografía.

El proceso creativo de Paul Cox es intuitivo, casi instintivo. Da mucha importancia a la experimentación y al juego.

Sitúa el proceso creativo en un acto anclado en el presente, liberado de cualquier tipo de expectativa.

¿Cómo inicia su proceso creativo? Depende.

Para la elaboración de su libro ilustrado “Mon amour”, el artista empieza por crear las imágenes, luego decide del orden y acaba por los textos. Se divirtió construyendo el libro empezando por los visuales.

A veces son las restricciones que le llevan al juego. Restricciones que sus clientes le imponen o que él mismo se impone a sí mismo. Estas restricciones pueden ser una técnica impuesta como el pincel seco o el uso restringido de colores. Estos límites no bloquean su proceso creativo, lo contrario, facilitan su creación entrando en una dinámica de juego.

Otra manera de empezar el acto creativo, es conectando con su pasado.

En su libro ilustrado “Cependant” (Mientras tanto) dedicado a la primera infancia, Paul trata el tema de la ausencia.

Para encontrar el tema, se refugió en sus recuerdos los más lejanos posible. Este ejercicio de memoria le llevó a encontrarse con una sensación desagradable y agobiante. Conectó con la angustia que sentía cuando sus padres salían de casa por no saber lo que estaban viviendo exactamente mientras él seguía en el hogar. Temía esta incapacidad de representarse esta ausencia.

Para la realización del libro, tuvo la idea de tratar el tema de la ausencia por su antónimo que es la omnipresencia. Ilustra varias situaciones en diversas partes del mundo que transcurren en un mismo instante. A través de las imágenes, el lector se desplaza en el espacio y no en el tiempo.

Este libro no contiene ningún texto y su lectura se puede hacer de manera aleatoria.

Cuando le dicen que el universo infantil es predominante en su trabajo, Paul Cox afirma que no es consciente.

“Cuando me pongo a pintar, lo hago de la misma manera que cuando era niño. Existe una firma de felicidad absoluta en este espacio protegido del resto que es la intervención completa, y esto, es muy infantil.”